miércoles, 3 de septiembre de 2008

Atletismo amateur I

Hola ureatos, hoy os voy a recomendar varias direcciones sobre el atletismo, deporte al que he dedicado no pocas horas aunque eso sí a temporadas, por diversas razones que no voy a enumerar.

Antes de nada, deciros que todo aquel que quiera empezar en el mundillo y no sepa cómo hacerlo, lo primero que debe de hacer es plantearse seriamente el porqué quiere correr. Unos lo hacen por estar en forma, otros por sentirse bien, otros por adelgazar, otros por hobby, y otros entre los que me incluyo, competir aunque sea a bajo nivel y casi siempre contra uno mismo, en otras palabras superarse.
El atletismo es duro, pues requiere mucho esfuerzo ir a correr tres veces o cuatro por semana en días fríos incluso con lluvia caso del invierno, por lo que si no tenemos la suficiente motivación, tras cuatro o cinco entrenamientos, la mayor parte de personas que empieza lo dejan: "hoy no puedo", "hoy llueve", "hoy he salido tarde del trabajo y estoy cansado", "hoy no me apetece", etc. Yo he oído todas.

Si hemos conseguido vencer esta primera etapa, la segunda no es menos complicada, pues tras los preceptivos 15 minutos de calentamientos, un mínimo de media hora de ritmo vivo nos espera, con cualquier condición meteorológica incluyendo nieve, mas una tercera etapa de estiramientos de otros 15 minutos que mucha gente suele obviar y que tantos disgustos trae esto luego en forma de contracturas y otras complicaciones musculares.
Si tras leer esto aún os apetece ir a correr, bienvenidos al mágico mundo del atletismo-el deporte rey no lo olvidemos-, donde vais a descubrir gente muy maja y sana, y un deporte mucho más bonito de lo que os imagináis.

En primer lugar, y superada ya la primera etapa de autoconvencimiento, un novato se encuentra ante la situación de estar con unas zapatillas y un pantalón corto en mitad de la calle, con un reloj y las llaves de casa, y se pregunta "¿y ahora adónde voy?". Y empieza a correr en la primera dirección que se le ocurre. Generalmente no ha calentado, y empieza a correr a un ritmo que no puede mantener más allá de 15 minutos, por lo que transcurrido este tiempo para y coge resuello. Descansa un poco y empieza a correr de nuevo, al mismo ritmo que antes así que a los 5 minutos vuelve a parar, y decide volver a casa andando. Aquí es cuando se escucha: "el tabaco se nota", "los años no perdonan"... yo he llegado a oír: "sepo a sangre". Tras llegar al portal, el estiramiento se le ha olvidado y sube a casa, donde se ducha, se prepara un bocadillo (es ya tarde) y a dormir.
Bueno, como comienzo, así hemos empezado todos, lo importante es tener la seguridad de que dentro de dos o tres días se va a volver a salir.
Y es aquí donde, aprovechando los días de fiesta entre entrenamientos, podemos empezar a plantearnos si no existirán planes de entrenamiento que sean adecuados para nosotros para no pegarnos pechadas a lo loco... pues claro que los hay y a patadas, aunque todos tienen en común una cosa universal a todos los seres humanos: el ritmo cardiaco, o sea pulsaciones por minuto que da la patata. Y según las pulsaciones por minuto (PPM) a las que llegue el corazón, lo que se está haciendo es un tipo de ejercicio u otro, de forma que si por ejemplo queremos adelgazar (mágica palabra ésta entre la población femenina) no podemos ir a las mismas PPM que una persona que quiera aumentar su resistencia.
La primera web que os recomiendo para visitar es ésta, en la cual según la MFC (máxima frecuencia cardíaca) alcanzada en el ejercicio y vuestra edad, os indicará a qué porcentaje de esfuerzo entrenasteis... Asusta, ¿eh?. Sí, cuando el corazón va como loco no es muy sano que se diga.
El tema de los porcentajes ya os lo explicaré otro día pero dejad que os repita que depende de vuestros objetivos marcados, las pulsaciones a las que se deberá entrenar serán unas u otras. De todas formas os lo explican muy bien en el link "explicación del gráfico".

Bueno, os dejo. En próximos posts os seguiré contando cosas y animaros a salir a correr un rato suavemente. Se vuelve mucho más alegre y además se ve mundo, no mucho pero sí algo. Y después de un día de trabajo entre cuatro paredes como es mi caso, se agradece sentir el viento en la cara y oír algún pajarillo despistado, que eso siempre alimenta el espíritu.

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